A lo largo de los siglos, el paisaje holandés ha sido fuente de inspiración para muchos artistas. ¿Por qué? En los Países Bajos, la vista suele estar despejada de montañas y árboles. Las vistas despejadas de más de 20 kilómetros son más la regla que la excepción. Si a esto le añadimos una luz especial y siempre cambiante -gracias a que el mar abraza la tierra-, tenemos el reto ideal para un artista.
Rápido hay que trabajar, bien hay que mirar para plasmar el paisaje holandés en pintura.
Por supuesto, el paisaje holandés no existe, como tampoco existe el hombre. Aunque, sin duda, los artistas de este calendario cantan en sus cuadros una oda a los Países Bajos.